En el mágico puerto de Valparaíso, un viejo y enfermo marino, Don Arnaldo, vive encerrado junto a su hijo, El Gordo (Ernesto Beadle). Desde su cana controla todos los movimientos de la casa a través de los espejos que cuelgan en las paredes de su dormitorio.El hijo es obediente y sumiso, pero quiere y teme su libertad. Sólo la culpa le impide reconocer cuándo desea la muerte del viejo.Lucrecia es la vecina, una viuda algo mayor. El Gordo y Lucrecia se desean, se buscan y esconden de Don Arnaldo. Entusiasmado por Lucrecia, EL Gordo se atreve a romper el encierro y sale a pasear con ella por la bahía.Varios actos de rebeldía provocan a Don Arnaldo, quien juega su última carta para recuperar el control del hijo.
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